miércoles, 29 de octubre de 2008


Tengo que darme cuenta de la influencia que tiene cada cosa que hago. Para que las cosas que me pasan me pasen, yo tengo que hacer lo que hago. Y no digo que puedo manejar todo lo que me pasa, sino que soy responsable de lo que me pasa, porque en algo, aunque sea pequeño, he colaborado para que suceda. Yo no puedo controlar la actitud de todos a mi alrededor, pero puedo controlar la mía. Puedo actuar libremente con lo que hago.Tendré que decidir qué hago. Con mis limitaciones, con mis miserias, con mis ignorancias, con todo lo que sé y aprendí, con todo eso, tendré que decidir cuál es la mejor manera de actuar. Y tendré que actuar de esa mejor manera. Tendré que conocerme más para saber cuáles son mis recursos. Tendré que quererme tanto como para privilegiarme y saber que ésta es mi decisión.Y tendré, entonces, algo que viene con la autonomía y que es la otra cara de la libertad: el coraje. Tendré el coraje de actuar como mi conciencia me dicta y de pagar el precio.Tendré que ser libre aunque a vos no te guste. Y si no vas a quererme, así, como soy; y si te vas a ir de mi lado, así como soy; y si en la noche más larga y más fría del invierno me vas a dejar solo y te vas a ir... cerrá la puerta, ¿viste? porque entra viento.Cerrá la puerta. Si ésa es tu decisión, cerrá la puerta. No voy a pedirte que te quedes un minuto más de lo que quieras. Te digo: cerrá la puerta, porque yo me quedo y hace frío. Y ésta va a ser mi decisión. Esto me transforma en una especie de ser inmanejable. Porque los autodependientes son inmanejables y sabemos que no hay nadie que los pueda manejar. Porque a un autodependiente lo manejás solamente si él quiere, con lo cual, no es manejable, no estás manejándolo; él está manejando la situación, el se está manejando a sí mismo. Esto significa un paso muy adelante en tu historia y en tu desarrollo, una manera diferente de vivir en el mundo y probablemente signifique empezar a conocer un poco más a quien está a tu lado. Si sos autodependiente, de verdad, si no vas a dejarte manejar ni siquiera un poquito, es probable que algunas de las personas que están a tu lado se vayan... Quizás alguno no quiera quedarse. Bueno, habrá que pagar ese precio también. Habrá que pagar el precio de soportar las partidas de algunos a mi alrededor. Y prepararse para festejar la llegada de otros (Quizás...)El precio que pagamos por la autodependencia siempre es barato, porque es la única forma de asegurarnos que no pasaremos frío el próximo invierno.Cuando uno toma decisiones para hacer cosas con el otro, cosas importantes , o no importantes, tiene que darse cuenta que son decisiones voluntarias, tomadas para hacer al lado del otro, pero no “por” el otro, sino “con” el otro. Es importante empezar a darnos cuenta que nuestra relación con el mundo, con los demás, con el prójimo, en realidad es hacer cosas “con” los otros. Y que este “con el otro” es autónomo, que depende de nuestra libre decisión de hacerlo.Que no hago cosas por vos y que por eso no me debés nada. Que no hacés cosas por mí y por eso no te debo nada. Que, en todo caso, hacemos cosas juntos. Y estamos alegres por eso.Aprender a caminar juntos será un nuevo desafío, Entonces no me quedaré dependiendo de vos y no trataré de que dependas de mí. Dejaré de transitar este espacio de intentar que me temas.Detestaré la necesidad de que me odies.Cancelaré la postura de víctima, para que nunca me tengas lástima.Y no intentaré más que me necesites.Me conformaré con que me quieras o no. Y en todo caso, si vos no me querés, no te angusties por mí, siempre habrá alguien capaz de quererme

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